Así califican al cura de Tila Heriberto Cruz Vera No es un sacerdote; es el mismísimo diablo
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Habitantes de la cabecera del municipio de Tila Chiapas, denunciaron públicamente al obispo del lugar Heriberto Cruz Vera por incitar a la violencia.
Expusieron que se encuentran al borde de un enfrentamiento entre los pobladores y quienes se identifican como ejidatarios, asegurando que los segundos son un grupo de choque controlados por el religioso.
José Rodrigo Martínez dio a conocer que los habitantes permanecen secuestrados desde hace ocho meses por un grupo denominado autónomo de ejidatarios.
Señalaron que este grupo está cobrando derecho de piso, por citar un ejemplo cuando una persona muere cobran por derecho para enterrarlo entre 10 y 15 mil pesos.
Desafortunadamente el sacerdote Heriberto Cruz Vera es quien está moviendo el avispero promoviendo la violencia, asegurando que los habitantes de la cabecera se están reagrupando en el extinto grupo paramilitar denominado Paz y Justicia.
"El sacerdote nos señala que somos de Paz y Justicia, cuando ese grupo fue desaparecido hace años, por el mismo gobierno. Ahora los ejidatarios tienen el control del pueblo y son protegidos del sacerdote, para nosotros no es un religioso, es el mismo diablo, porque incita a la violencia", expresaron.
Así mismo indicaron que desde hace 25 años que Cruz Vera está en la parroquia de Tila, a pesar de que en innumerables ocasiones han pedido su cambio, por las situaciones que se han presentado.
"Pedimos que lo cambien, y el gobierno de Chiapas aplique el estado de derecho en Tila, porque no es posible que un sacerdote ande metido en asuntos políticos, y obligue a los feligreses católicos a votar por un partido, ya no lo debemos tolerar más".
En este escenario sentenciaron que si la petición de este día no es escuchada existe el riesgo de que en las próximas horas se registre un enfrentamiento entre los pobladores de la cabecera y los ejidatarios, quienes en diferentes ocasiones han amedrentando a la población con armas de fuego, mientras que los tileños se dicen hartos de la situación y han decidido tomar cartas en el asunto.